En un discurso pronunciado en mayo de 1961, el presidente John F. Kennedy pidió a Estados Unidos que se comprometiera a "alcanzar el objetivo, antes de que termine esta década, de llevar un hombre a la Luna y devolverlo sano y salvo a la Tierra". Este objetivo se cumplió 2.980 días después. El primer avión cargado de detenidos de la "guerra contra el terror" aterrizó en la base naval estadounidense de Guantánamo (Cuba) el 11 de enero de 2002. Desde entonces han pasado 7.670 días.
Para Estados Unidos, conseguir cerrar una prisión que nunca debió abrir parece más difícil que la ingeniería aeroespacial.
Discurso pronunciado por John F. Kennedy en mayo de 1961. © By NASA - Great Images in NASA
El presidente Bush, bajo cuyo mandato se iniciaron las detenciones en Guantánamo, se propuso posteriormente "encontrar una manera de cerrar la prisión", pero allí había 245 detenidos cuando dejó el cargo en 2009. El presidente Obama prometió cerrar la prisión a más tardar en enero de 2010, pero en 2017 se la entregó, junto con 41 detenidos, al presidente Trump, quien ordenó que la prisión se mantuviera abierta (un detenido fue trasladado durante el gobierno de Trump).
En la actualidad, la Casa Blanca sostiene que el presidente Biden sigue comprometido con el cierre del centro de detención de Guantánamo. Sin embargo, no ha facilitado un calendario del cierre. Un detenido al que se aprobó su traslado en 2016 fue liberado de la base durante 2021 y otros tres fueron liberados durante 2022. A ese ritmo, vaciar la prisión llevaría otras cuatro décadas.
Treinta y cinco detenidos siguen recluidos en Guantánamo. Doce han sido acusados para ser juzgados por una comisión militar; dos han sido condenados y 10 están a la espera de juicio, seis de los cuales podrían ser condenados a muerte.
Los tribunales estadounidenses han considerado hasta ahora que la cláusula sobre las garantías procesales debidas que establece la Constitución de ese país -"nadie podrá ser privado de la vida, la libertad o la propiedad sin las debidas garantías procesales"- no se aplica a los detenidos, por ser extranjeros detenidos fuera del territorio soberano de Estados Unidos. La discriminación ilegal se extiende a todo este sistema. Ningún ciudadano estadounidense se enfrentaría a este régimen de detención o juicio.
El Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, hace un comentario durante una sesión informativa en el Pentágono, el 3 de abril de 2002. Rumsfeld desmintió las informaciones difundidas que sugerían que el ejército estadounidense podría presionar a Abu Zubaydah con amenazas de entregarlo a otro país para ser torturado. © REUTERS/Kevin Lamarque
Los detenidos de Guantánamo son testigos de varios crímenes
El asunto que desde el principio nadie ha querido abordar es la tortura. Guantánamo se creó como un lugar para interrogar y custodiar a los detenidos lejos de los abogados o los tribunales. La tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes se utilizaron contra los detenidos aislados del mundo exterior.
En 2003/4, Guantánamo albergó un "lugar negro", una de las varias instalaciones secretas gestionadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la que los detenidos fueron sometidos a desaparición forzada y tortura. La desaparición forzada está reconocida como delito según el derecho internacional desde la sentencia del Tribunal de Nuremberg en 1946. La tortura también es un delito según el derecho internacional.
En otras palabras, Guantánamo es el lugar del delito, así como una prisión en la que se retiene a los testigos del crimen. Un total de 24 de los 39 detenidos fueron recluidos en centros de detención secretos de la CIA antes de ser llevados a Guantánamo. Y aunque este programa de la CIA terminó en 2009, el legado de la tortura perdura hasta el día de hoy.
Tras su detención en 2002, Abu Zubaydah fue torturado y retenido por la CIA en múltiples lugares antes de su traslado en 2006 a Guantánamo, donde ha estado recluido sin cargos desde entonces. Sus abogados han intentado recabar pruebas de dos antiguos contratistas de la CIA para utilizarlas en una investigación penal en Polonia relacionada con su detención secreta y sus torturas en ese país. El gobierno estadounidense hizo valer la doctrina del secreto de Estado, alegando que tener que confirmar o negar la existencia de un "lugar negro" en Polonia, a pesar de que la información al respecto ya es de dominio público, perjudicaría la seguridad nacional. El 6 de octubre de 2021, el Tribunal Supremo de Estados Unidos examinó las alegaciones relativas a esta causa. Todavía está pendiente su decisión.>
Nueve días después, los abogados de 'Abd al-Nashiri, un detenido de Guantánamo que se enfrenta a delitos punibles con la pena de muerte, presentaron una petición ante el Tribunal de Apelación de Estados Unidos para impedir que el gobierno y el juez de las comisiones militares utilizaran información obtenida de Al-Nashiri mediante torturas de la CIA. La defensa había descubierto "por casualidad" una norma y una forma de proceder de la fiscalía que consistía en considerar admisible dicha información para resolver las cuestiones previas al juicio, a lo que el juez militar accedió en mayo de 2021. Según el derecho internacional, ninguna declaración obtenida mediante tortura puede utilizarse como prueba "en ningún procedimiento", salvo contra una persona acusada de tortura. El gobierno debe presentar su respuesta a finales de enero. Si quiere actuar en consonancia con la postura declarada de la administración Biden contra la tortura, no debería impugnar la petición de Al-Nashiri.
En esta foto, revisada por un funcionario del Departamento de Defensa de EE.UU., se ven los pies de un detenido de Guantánamo encadenados al suelo mientras asiste a una clase de "habilidades para la vida" dentro del centro de detención de alta seguridad del Campo 6 en la Base Naval de Guantánamo, 27 de abril de 2010. © REUTERS/Michelle Shephard/Pool
Una primera vez para Majid Khan
Por primera vez, un detenido ha descrito en un juicio público las torturas a las que fue sometido en el programa de la CIA. El gobierno se ha resistido durante mucho tiempo a este resultado y se ha esforzado por minimizar su impacto. El detenido, Majid Khan, había permanecido bajo custodia secreta de la CIA desde 2003 hasta que fue llevado a Guantánamo en 2006. En febrero de 2012, se declaró culpable de los cargos de "crímenes de guerra" en virtud de un acuerdo por el que se aplazaría la sentencia y cooperaría a cambio de una reducción de la pena.
El 4 de junio de 2020, el juez militar dictaminó que Majid Khan podría beneficiarse en la imposición de la pena por las torturas sufridas, en caso de demostrarse, y el 11 de marzo de 2021, dictaminó que Khan podría llamar a testigos con conocimiento de primera mano sobre el trato recibido en el programa de la CIA. Esto parece que supondría la amenaza de un escrutinio demasiado intenso para que el gobierno lo aceptase. Por ello, se ha decidido renegociar el acuerdo de culpabilidad de Khan. Si renunciaba a llamar a los testigos, y si la defensa solicitaba la anulación de las sentencias de junio de 2020 y marzo de 2021, Majid Khan podría ser liberado de Guantánamo en febrero de 2022. Se aceptó el acuerdo y se anularon las sentencias.
Cuando se dictó la sentencia, el 29 de octubre de 2021, Majid Khan detalló las torturas a las que fue sometido por la CIA durante su detención en régimen de incomunicación, como violaciones, prácticas de tortura con agua mediante el ahogamiento simulado, simulacros de ahorcamientos, amenazas, colocación de grilletes, taparle la cabeza con una capucha, desnudez y privación del sueño, así como el trato tortuoso que recibió en los vuelos de las entregas extraordinarias. Calificó sus primeros años en Guantánamo de "muerte lenta", un "goteo constante de malos tratos" y "abusos e indignidades arbitrarias". Tras su declaración de 2012, fue trasladado y sometidos a mejores condiciones, con la "contrapartida" de estar en régimen de aislamiento, nueve años hasta ahora.
Un detenido es llevado por la policía militar tras ser interrogado por oficiales en el Campamento X-Ray en la Base Naval de Guantánamo, Cuba, 6 de febrero de 2002. © REUTERS Marc Serota
En una carta escrita en la sala del jurado, siete de los ocho miembros del jurado -oficiales militares de alto rango- señalaron que Majid Khan había asumido la responsabilidad de sus actos y estaba arrepentido. Recomendaron que se le concediera clemencia porque se le había retenido sin las debidas garantías procesales y porque "el absoluto desprecio por los conceptos fundamentales sobre los que se fundó la Constitución es una afrenta a los valores y al concepto de justicia estadounidenses". El "maltrato físico y psicológico" que soportó fue como "la tortura realizada por los regímenes más abusivos de la historia moderna". Esto, escribieron, "debería ser motivo de vergüenza para el gobierno estadounidense".
Las autoridades han sido más rápidas en pregonar el compromiso de Estados Unidos con los derechos humanos que en admitir la vergüenza por sus fracasos en materia de derechos humanos. Hace 19 años, en el Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de la Tortura, el 26 de junio de 2003, el presidente Bush proclamó que "Estados Unidos está comprometido con la eliminación de la tortura en todo el mundo, y encabezamos esta lucha predicando con el ejemplo". Para entonces, decenas de personas habían sido incluidas en el programa de desapariciones forzadas de la CIA, puesto en marcha bajo su mandato. Abu Zubaydah, 'Abd al-Nashiri y Majid Khan estaban entre los que ya habían sido torturados.
Estados Unidos tocó fondo en materia de derechos humanos hace 20 años, cuando abrió el centro de detención de Guantánamo y recurrió a la tortura y la desaparición forzada en su 'guerra contra el terror'.”
El 16 de diciembre de 2021, seis décadas después del discurso del presidente Kennedy sobre el lanzamiento de una nave espacial con destino a la luna, el presidente Biden hizo pública una proclama para conmemorar el Día de los Hermanos Wright y su contribución al "liderazgo sin parangón de Estados Unidos en la aviación". Desde "los atrevidos vuelos en solitario de Amelia Earhart... hasta los valientes astronautas que se aventuraron a la Luna y más allá: el ingenio y la innovación de Estados Unidos han seguido alcanzando nuevas cotas".
Estados Unidos tocó fondo en materia de derechos humanos hace 20 años,cuando abrió el centro de detención de Guantánamo y recurrió a la tortura y la desaparición forzada en su "guerra contra el terror". No invertirá esta caída hasta que cierre esta prisión y acabe con la impunidad de los crímenes de derecho internacional cometidos allí y más allá.