La prohibición de todas las manifestaciones en apoyo a la población palestina constituye un grave y desproporcionado ataque al derecho a la protesta.
El pasado domingo 8 de septiembre acabó la Vuelta Ciclista a España en Madrid. Una Vuelta que ha estado protagonizada, además de por los ciclistas, por la presencia de decenas de banderas palestinas a los lados de la carretera, en cada una de las etapas de la ronda.
La pregunta que nos hacemos a priori es: ¿qué significaban todas esas banderas en una prueba ciclista? Y la respuesta tiene dos partes. En primer lugar, la intención de mostrar apoyo y solidaridad con la población palestina, que desde hace décadas, pero especialmente desde hace casi un año, está siendo objeto de gravísimas violaciones de derechos humanos y que actualmente se enfrenta a un riesgo real de genocidio por parte de Israel. En segundo lugar, mostrar el rechazo a la participación de un equipo, el Israel Premier Tech,propiedad de dos empresarios israelíes, y con cuyo concurso, se estaría blanqueando la imagen de un país acusado de crímenes de guerra y lesa humanidad en Gaza.
Urko Berrade, Kern Pharma, ganador de la 18ª etapa. © Zac Williams/SWpix.com/Shutterstock
Durante las tres semanas que la serpiente multicolor ha recorrido España, decenas de activistas se han agolpado detrás de las vallas, con multitud de banderas palestinas y pancartas con mensajes relativos a la situación en Gaza. Su presencia ha sido una constante; desde Extremadura a Madrid, pasando por Andalucía, Galicia, Asturias, Euskadi o La Rioja.
No hay noticias que señalen que estas acciones hayan supuesto problema alguno de orden público en ninguna de las ciudades por donde ha pasado La Vuelta. Sin embargo, el domingo 8, durante la última etapa, en Madrid, la Policía Nacional pidió la identificación de decenas de personas que portaban banderas y pancartas con mensajes sobre Palestina.
Activistas de Amnistía Internacional durante una etapa de la Vuelta Ciclista España a su paso por Asturias. © Amnistía Internacional Asturias
No es la primera vez que asistimos a situaciones similares. Durante el mes de octubre de 2023, pocos días después de los ataques de Hamás en el sur de Israel, varios aficionados fueron identificados por las fuerzas de seguridad en campos de fútbol españoles. En Eibar, la Ertzaintza expulsó del estadio a un aficionado por ondear una bandera palestina durante el partido que enfrentaba al equipo local con la Sociedad Deportiva Huesca. Al día siguiente, un profesor de la Universidad de Granada que asistía al partido de baloncesto entre el Covirán Granada y el Casademont Zaragoza fue requerido a quitarse la camiseta que llevaba; era la camiseta de la selección palestina de baloncesto. En ninguno de estos casos las acciones legales tuvieron mayor recorrido.
Sin embargo, a finales de noviembre, Yasmín Ietum, ciudadana española de origen palestino y aficionada al Breogán, sacó una bandera de Palestina durante el encuentro de su equipo contra el Hapoel Holon israelí. Según manifestó Yasmín al diario El Progreso de Lugo, "El Pazo me pareció un buen sitio para hacerlo, sin querer faltar en ningún momento a la afición del Breogán. Me puse en un sitio además en donde enfocasen las cámaras para que se sepa que hay gente que los apoyamos. ¿Por qué nos silencian? Lo único que hacemos es protestar porque están matando a gente, a niños, de forma atroz". Yasmín fue identificada por la Policía y se le abrió un expediente sancionador. Hoy por hoy, es el único caso por el que se ha impuesto una sanción administrativa, una multa de 200€ por infracción de la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte.
En este punto tenemos que volver a hacernos la misma pregunta que nos hicimos entonces: ¿Exhibir una bandera en solidaridad con el pueblo palestino es un delito? Y la respuesta es tajante: Según el derecho internacional, la prohibición de estas manifestaciones (incluida la exhibición de banderas, pancartas, etc.) sólo puede considerarse como último recurso; por ejemplo, si constituye una amenaza específica para el orden público.
Vuelta Ciclista España en su paso por Asturias con un cartel de fondo que pone "STOP genocidio" y banderas palestinas. © Amnistía Internacional Asturias
En ninguno de los casos mencionados ha habido una alteración del orden público así que, ¿por qué estas prohibiciones? Por ejemplo, en el caso de La Vuelta, si no ha sido un problema en otras etapas, ¿por qué sí lo era en Madrid? ¿Acaso no querían las autoridades que las pantallas de televisión se llenaran de imágenes que mostraran una percepción de Madrid no deseada por organizadores y autoridades?
Son muchas preguntas y pocas respuestas. Lo que está claro es que el derecho a la protesta está perseguido, y no solo en España. En Alemania se han prohibido la amplia mayoría de las protestas en favor de los derechos de la población palestina. En Francia, el tribunal administrativo ha tenido que advertir al gobierno francés que no puede imponer una prohibición general a todas las manifestaciones en apoyo a la población palestina. Además, el uso de una retórica demonizadora por parte de figuras políticas de alto nivel ha sido particularmente frecuente en respuesta a las protestas en solidaridad con el pueblo palestino. En Reino Unido, las manifestaciones fueron calificadas de “marchas de odio” por el ministro del Interior y de “dominio de la turba” por el primer ministro.
Evidentemente, el derecho a la libertad de expresión no es absoluto y debe tener límites y restricciones. Pero para ello, deben darse una serie de circunstancias, como la protección de la seguridad nacional o el orden público, que no se dan en el caso de las banderas palestinas (o israelíes, que por cierto, no fueron prohibidas) durante la última etapa de La Vuelta. El mero hecho de exhibir una bandera palestina (o israelí) no es una alteración de orden público ni incita a la violencia, el racismo, la xenofobia o cualquier otra forma de discriminación que atente contra la dignidad humana.
Por esta razón, exhibir una bandera palestina no debería ser objeto de identificación, y ni mucho menos de posteriores sanciones. Veremos qué sucede en el caso de las personas identificadas durante La Vuelta 2024, una vuelta que será recordada no solo por la emoción que nos han regalado corredores como Pablo Castrillo, Primož Roglič, Wout Van Aert o Marc Soler. Esta edición también quedará marcada tres colores que se han sumado a los de la serpiente multicolor: el verde, el rojo y el blanco de la bandera palestina.