En su esfuerzo por aplastar la oposición, el gobierno de Siria ha convertido los hospitales en instrumentos de represión.
Esta acción ha finalizado. En los últimos días al menos 400 civiles han perdido la vida en Siria, más de 350 en Homs. Hay una grave escasez de personal, equipos médicos, y de medicación para tratar a los heridos y se está impidiendo el paso a las ambulancias que proceden de las áreas de la oposición de Homs. Mientras el debate sobre cómo debería reaccionar la ONU ante la brutal represión en Siria se ha trasladado desde el Consejo de Seguridad —donde Rusia y China siguen protegiendo al gobierno sirio— hasta la Asamblea General, las fuerzas de seguridad sólo han intensificado sus ataques.
Gracias a las más de 26.000 personas que han participado en esta acción. Amnistía Internacional sigue trabajando para que los derechos humanos sean respetados en Siria. Por ello, mantenemos una ciberacción abierta en la que pedimos a Rusia que use su influencia para detener el baño de sangre en el país. Tu firma sigue siendo necesaria.
¡Actúa!
Actualización: 30 de diciembre de 2011. En las últimas semanas del año han muerto unas 170 personas, varias de ellas desertores del ejército, en Siria. La misión de la Liga Árabe durante el mes de diciembre tampoco ha conseguido detener la represión del gobierno sirio. Además, el nombramiento como jefe de la misión del Teniente General Mustafa al-Dabi, responsable de severas violaciones de los derechos humanos en Sudán, pone seriamente en duda la credibilidad de dicha misión.
Por otra parte, el gobierno ha anunciado una ley que prevé la "pena de muerte para quien suministre o ayude a suministrar armas destinadas a perpetrar actos terroristas". El gobierno siempre ha afirmado que las protestas son obra de 'terroristas armados', por lo que esta ley pasaría a ser una pieza más del arsenal de represión del gobierno de Bachar al Asad.
“No te voy a curar la herida, voy a esperar a que tu pie se pudra para que pueda cortártelo”.
Testimonio de un médico del hospital militar de Homs, sobre un paciente de 28 años de edad,
que recibió un disparo en el pie en 16 de mayo 2011.
“Los soldados llegaron y preguntaron:
¿Dónde está el doctor? ¿Dónde está el doctor?
Cuando lo encontraron, comenzaron a golpearle”
Un testigo de las torturas infligidas a personal
médico en el hospital Al-Birr wa al-Khadamat
“Estaba Sangrando y gritando de dolor ... no teníamos ni anestesia ni unidades de sangre,
todo lo que podía hacer era limpiar la herida y facilitarle analgésicos y suero...
Necesitábamos desesperadamente sangre, anestésicos y un cirujano;
pero era imposible llegar al Hospital al-Bassel porque el ejército lo había ocupado
y los francotiradores disparaban a cualquiera en su punto de vista. Murió dos días después”.
Testimonio de un médico del hospital municipal al-Birr wa al-Khadamat.
Estos son solo algunos de los ejemplos de hasta donde llega la represión en Siria. Más de 2.500 personas han muerto desde que comenzaron los actuales disturbios en Siria, en marzo de 2011. Montones más han resultado heridas. En estos momentos, en los que los heridos graves requieren una pronta y adecuada atención médica, es precisamente cuando los servicios sanitarios en Siria se han convertido en otra víctima de los disturbios internos.
Por un lado, los profesionales de la salud se encuentran entre las miles de personas que han sido detenidas y recluidas en régimen de incomunicación en Siria tanto por tratar a heridos durante los disturbios sin informar a las autoridades como por ser ellos mismos sospechosos de actividades como la participación en manifestaciones pacíficas y proporcionar información sobre violaciones de derechos humanos; se encuentran ante una situación imposible: obligados a elegir entre tratar a personas heridas o proteger su propia seguridad.
Por otro lado, se han dado casos en los que el personal de los hospitales parece haber participado en torturas y malos tratos a las mismas personas a las que se supone que tiene que cuidar.
Es tal la situación que se han dado casos de personas heridas en manifestaciones pacíficas que muchos consideran más seguro arriesgarse a no recibir tratamiento por heridas importantes que acudir a centros médicos adecuados. En Homs, por ejemplo, el número de ingresos por heridos de bala se había reducido considerablemente desde mayo, lo que contrasta con el aumento de la cifra de muertos y heridos por las calles.
Todas las personas en Siria tienen derecho a la vida, la seguridad y la libertad y un nivel adecuado de vida, incluida la atención médica, independientemente de sus opiniones políticas. Por eso, tu apoyo es necesario.