A pesar de que Narges Mohammadi ha sido puesta en libertad de manera condicional y temporal para recibir tratamiento médico, sigue condenada a 10 años y ocho meses de prisión y a 154 latigazos por delitos relacionados con la seguridad nacional. Como protesta por el carácter injusto del caso, Narges decidió no apelar la condena y actualmente está presa en la cárcel de Shahr-e Rey, a las afueras de Teherán.
Petición antes del cierre
Actualización: 26 de junio de 2022
Narges Mohammadi lleva entrando y saliendo de la cárcel injustamente desde hace más de 12 años debido a su trabajo en favor de los derechos humanos. En enero de este año la condenaron a 10 años y ocho meses de prisión y a 154 latigazos por delitos relacionados con la seguridad nacional. El juicio fue injusto, duró cinco minutos y Narges no tuvo acceso a un abogado. En protesta por el carácter injusto del caso, Narges decidió no apelar la condena.
¿Qué ha hecho durante todos estos años para merecer tales penas? Pedir justicia, reclamar verdad, acompañar a los familiares de víctimas de la violencia policial, clamar contra la pena de muerte. En definitiva, defender los derechos humanos.
Además, Narges está siendo sometida a tortura y otros malos tratos en la cárcel iraní de Shahr-e Rey, al serle negado el tratamiento médico que necesita para el corazón y los pulmones. El 3 de febrero, después de sufrir un ataque al corazón, el doctor de la prisión no le prestó una atención adecuada y la fiscalía prohibió su traslado a un hospital externo. Sólo después de que el 16 de febrero sufriese una serie de ataques cardiacos, fue trasladada a un hospital donde la operaron de forma urgente. En contra de la opinión médica y antes de recuperase, el 19 de febero fue llevada de nuevo a la cárcel.
En sus anteriores estancias en prisión le negaron hasta el contacto con sus hijos pequeños y en la cárcel su salud se deterioró gravemente.
Pero Narges continuó peleando. En noviembre de 2019, cuando las protestas y la represión se extendían por todo el país, participó en una sentada junto a otras compañeras presas en la cárcel de Evin para denunciar las muertes de cientos de manifestantes a manos de la policía.
Por esta acción le abrieron una nueva causa que ahora la ha llevado de nuevo a la cárcel y a estar en riesgo de ser azotada. La flagelación que se aplica en Irán constituye tortura, un delito prohibido en términos absolutos en el derecho internacional.
¡Firma para detener la tortura, los azotes y para que Narges quede en libertad de forma definitiva!