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Irán: ¡Libertad incondicional para físico iraní enfermo de cáncer!
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Muchas gracias a las más de 36.000 personas que han apoyado con su firma la petición de Amnistía Internacional para pedir la libertad incondicional e inmediata del físico iraní Omid Kokabee.
De momento, Kokabee tiene un permiso penitenciario por razones médicas tras extirparle un riñón como consecuencia de un cáncer que desarrolló en la cárcel, pero podría ser recluido de nuevo en cualquier momento, a pesar de que necesita tratamiento médico especializado constante.
En Amnistía Internacional seguiremos trabajando para que las autoridades de Irán liberen a todos los presos y presas de conciencia, como Kokabee, recluido únicamente por el ejercicio pacífico de su derecho a la libertad de expresión y asociación.
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Petición antes del cierre
Ha hecho falta que enfermara de cáncer y que le tuvieran que extirpar un riñón para obtener un permiso penitenciario por razones médicas. El físico iraní Omid Kokabee ha pasado cinco años en la cárcel por cargos falsos relacionados con su negativa a participar en programas militares de Irán.
Llevaba años quejándose de dolores de estómago y de riñón, pero una y otra vez le negaron atención médica especializada. En prisión se limitaban a darle analgésicos. Incluso después de que el pasado noviembre una ecografía ya mostrase un tumor de gran tamaño en el riñón, el fiscal general de Teherán no aprobó la resonancia magnética hasta cinco meses después. El diagnóstico no dejó lugar a dudas: cáncer de riñón.
Si le hubieran prestado a tiempo atención médica adecuada, podrían haberle detectado el cáncer mucho antes y habérselo tratado antes de que siguiera avanzando. Omid Kokabee, de 33 años, padece otros problemas de salud que tampoco han sido atendidos, como consecuencia de las malas condiciones en la cárcel.
Omid Kokabee, que cursaba estudios posdoctorales en Estados Unidos, fue detenido en enero de 2011, durante una visita a su familia en Irán. Lo tuvieron 15 meses recluido en régimen de aislamiento y lo sometieron a largos interrogatorios, presionándolo para que hiciera “confesiones”. Tras un juicio injusto en el que no se presentaron pruebas contra él, fue condenado a 10 años de prisión.
Es preso de conciencia y debe ser puesto en libertad incondicional. Ahora está recibiendo tratamiento fuera de la cárcel pero muy pronto podría interrumpirse si así lo deciden las autoridades. Omid Kokabee necesita cuidados especializados constantes. Su vida correrá grave riesgo si lo devuelven a prisión.
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