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La Unión Europea amenaza con devolver a Turquía al primer refugiado sirio

Joven contemplando el mar desde el puerto
Refugiado sirio en un campo cerca de Atenas © Giorgos Moutafis/Amnesty International
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Damos las gracias a todas las personas que se han sumado a la petición de Amnistía Internacional para que las autoridades griegas no envíen a un refugiado sirio de vuelta a Turquía en aplicación del acuerdo sobre personas refugiadas entre la Unión Europea y Turquía. El caso de Noori (nombre ficticio) todavía no ha concluido. El Consejo de Estado griego, el máximo tribunal administrativo del país, ha decidido que su solicitud de asilo es inadmisable alegando que Turquía es un país seguro. Pero desde Amnistía Internacional afirmamos que esto no es así, que su devolución sería ilegal, por lo que seguimos dando estrecho seguimiento al caso para evitar esta injusticia.

Petición antes del cierre

Noori (nombre ficticio), un refugiado sirio de 21 años, podría convertirse en el primer solicitante de asilo en Grecia que es devuelto a Turquía en aplicación del acuerdo ilegal firmado en marzo del año pasado entre la Unión Europea y Turquía. Lleva más de un año detenido ilegalmente en Grecia.

El Consejo de Estado, máximo tribunal administrativo griego, acaba de decidir que la solicitud de asilo de Noori es inadmisible, alegando que Turquía es un país seguro para él. Pero esto no es cierto. Turquía no es seguro ni para Noori ni para otras personas que buscan refugio. Turquía no ofrece un estatus de refugiado pleno a las personas sirias. Desde la firma del acuerdo con la Unión Europea, en varias ocasiones Turquía ha expulsado a solicitantes de asilo a lugares como Siria, Irak o Afganistán, donde pueden sufrir graves violaciones de derechos humanos. Y tenemos pruebas de que esto ha empeorado desde que entró en vigor en Turquía el estado de excepción hace un año, tras el intento de golpe de Estado.

Noori compartió durante meses  celda con varias personas en una comisaría de policía de la isla griega de Lesbos, en condiciones deplorables, durmiendo en un colchón en el suelo, donde ha contraído la sarna y no podía comunicarse directamente con su familia. Después fue  transferido al campo de Moria, pero sigue detenido. Según una evaluación psicosocial independiente, Noori padece un trastorno de estrés post-traumático provocado por los bombardeos aéreos en Siria y su salud mental ha empeorado debido a las malas condiciones de reclusión y a la incertidumbre. Los tribunales locales ordenaron la prolongación de la detención de Noori aduciendo riesgo de fuga.

Noori, que estudiaba en Siria para ser enfermero, lleva más de doce meses detenido cuando la ley griega permite la detención por un máximo de 90 días para cualquier solicitante de asilo. Por ello, sus abogados han impugnado la legalidad de su detención ante los tribunales griegos.
No permitas que sea devuelto a la fuerza a Turquía.