En Afganistán, un niño de 12 años fue encontrado decapitado el miércoles y, según los informes, el jueves fue hallada una niña de 7 años también decapitada y con las piernas amputadas por agresores sin identificar. La directora adjunta del Programa Regional para Asia y Oceanía de Amnistía Internacional, Polly Truscott, ha dicho:
“Estos dos despreciables homicidios de niños en las provincias de Kandahar y Kapisa deben ser investigados sin demora de forma independiente y exhaustiva, y sus responsables deben rendir cuentas en juicios que cumplan las normas internacionales sobre garantías procesales sin recurrir a la pena de muerte. “Las informaciones según las cuales el muchacho fue ejecutado por los talibanes en venganza porque su hermano sirve en la policía local afgana ponen de relieve la dificultad de establecer el Estado de derecho en Afganistán. Los talibanes han negado su responsabilidad en el crimen. No es la primera vez que grupos insurgentes afganos atacan a civiles, incluidos niños y niñas, por su presunta lealtad al gobierno. “Todos los bandos en el conflicto armado de Afganistán –las fuerzas del gobierno, las tropas internacionales, los talibanes y otros grupos insurgentes– deben respetar sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario. La población civil debe estar protegida en todo momento y nunca debe ser objeto de violencia”. Estos dos incidentes se producen días después de que Amnistía Internacional condenara el brutal homicidio de unos 17 hombres y mujeres que participaban en una fiesta con música en el distrito de Musa Qala, en la provincia de Helmand. El gobierno afgano acusó a los talibanes de los homicidios, que se produjeron en una zona bajo su control, pero éstos también negaron su responsabilidad en los hechos. Según los informes, los talibanes decapitaron a un niño afgano de 14 años en el distrito de Zherai a mediados de agosto por “espiar” para el gobierno de Afganistán.
