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Debe romperse el ciclo de discriminación en el que se encuentran las personas de etnia romaní

Londres/ Bruselas.- Amnistía Internacional ha instado a la Unión Europea (UE) y a sus Estados Miembros a que emprendan acciones concretas para romper el ciclo de discriminación, pobreza y exclusión en el que se encuentran las comunidades romaníes en Europa.

En vísperas de la II Cumbre Europea sobre Acciones y Políticas a favor de la Población Gitana/Roma que se celebra los días 8 y 9 de abril en la ciudad española de Córdoba, Amnistía Internacional ha instado a la UE a que desarrolle una estrategia global para garantizar la igualdad y la no discriminación para las personas romaníes.

“A pesar de la discriminación extendida contra millones de romaníes en todo el continente, la UE no hace rendir cuentas a las autoridades nacionales cuando no cumplen con sus responsabilidades”, ha afirmado Claudio Cordone, secretario general interino de Amnistía Internacional.

“Los líderes de la UE deben adoptar un plan de acción concreto para abordar los abusos contra los derechos humanos que sufren las comunidades romaníes. Deben pronunciarse contra los ataques racistas y la apología del odio y adoptar medidas concretas para poner fin a la discriminación en el acceso a la vivienda, la educación, la salud y el empleo.”

Amnistía Internacional, junto con otras organizaciones no gubernamentales romaníes y no romaníes ha documentado cómo las autoridades de varios países europeos no protegen a las comunidades romaníes de la discriminación por parte de actores públicos y privados. La organización ha puesto de relieve cómo en reiteradas ocasiones no se ha puesto fin a la segregación de los niños y niñas de etnia romaní en la educación y no se ha garantizado a las comunidades romaníes el derecho a una vivienda adecuada.

El documento de Amnistía Internacional Stop desalojos forzosos de romaníes en Europa, publicado hoy, muestra cómo las comunidades romaníes son víctimas de desalojos forzosos.

Viviendo en asentamientos carentes de cuidado público, las comunidades romaníes a menudo son desalojadas sin ser consultadas previamente, sin recibir aviso con suficiente antelación y sin que se les ofrezca ningún alojamiento alternativo. Por ello, las víctimas de los desalojos forzosos a menudo pierden sus hogares o se ven abocadas a unas condiciones de vida y vivienda deplorables. Muchas también pierden sus propiedades y el acceso que tuvieran a la educación, empleo y servicios públicos.
      
El documento de Amnistía Internacional muestra cómo varios gobiernos europeos –los de Bulgaria, Grecia, Italia, Rumania y Serbia– han llevado a cabo desalojos forzosos que violan sus obligaciones internacionales. Al no ofrecer a los romaníes un alojamiento alternativo adecuado o reubicándolos en asentamientos aislados se está perpetuando la segregación de las comunidades romaníes.
 
“Las personas de etnia romaní son ciudadanos europeos y los líderes de Europa deben garantizar que tienen los mismos derechos y responsabilidades que sus compatriotas. En la Europa del siglo XXI no puede haber ciudadanos de segunda clase”, ha afirmado Claudio Cordone. “En la Cumbre de Córdoba, los líderes de la UE tienen que desarrollar una Política Marco de la UE coherente que aborde la discriminación de los romaníes en Europa. Deben mostrar que tienen la voluntad política para hacer de la inclusión de las personas de etnia romaní una realidad”.

Casos
  • En Bulgaria, al menos 200 romaníes perdieron sus hogares cuando las autoridades locales los desalojaron a la fuerza y demolieron sus casas en los asentamientos de Gorno Ezerovo y Meden Rudnik en la ciudad de Burgás, a orillas del Mar Negro, en septiembre de 2009.
  • El “Plan Nómadas”, presentado en julio de 2009 en Roma, Italia, prevé la destrucción de más de 100 asentamientos romaníes en la capital. Se calcula que unos 6.000 romaníes serán reasentados, sin un proceso de consultas adecuado, en tan sólo 13 campamentos nuevos o ampliados a las afueras de la ciudad. El plan puede dejar sin hogar a más de 1.000 romaníes.
  • El 3 de abril de 2009, las autoridades serbias desalojaron por la fuerza a 250 romaníes de un asentamiento temporal en Nuevo Belgrado. Para muchos residentes, que originariamente eran desplazados procedentes de Kosovo, no era la primera vez que los expulsaban de sus hogares. Las autoridades ofrecieron a las familias unos contenedores en otro barrio del Belgrado como vivienda, pero los residentes locales intentaron incendiarlos. En ningún momento se ofreció a las familias alojamiento alternativo adecuado.
  • Desde junio de 2006, más de 100 familias romaníes que vivían originalmente en el centro de Atenas, Grecia, han sido desalojadas en cuatro ocasiones sin que en ningún momento se les consultase u ofreciese alojamiento alternativo.
  • En 2004, más de 100 romaníes fueron desalojados a la fuerza de un edificio en el centro de Miercurea Ciuc, en el centro de Rumania. Las autoridades reasentaron a la mayoría de ellos en cabinas metálicas a las afueras de la ciudad, detrás de una planta de tratamiento de residuos. Algunos decidieron trasladarse a un vertedero cercano, en lugar de vivir cerca de la planta. Los barracones provisionales instalados cerca de la planta de tratamiento de residuos se encuentran dentro de la zona de protección de 300 metros que, según la legislación rumana, debe separar las viviendas de los riesgos potencialmente tóxicos. Las familias romaníes llevan seis años viviendo esta difícil situación.


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